Veíamos ayer que la nota distintiva del siglo XXI será la búsqueda y la experimentación de una espiritualidad cuya impronta es la universalidad: esto introduce la dimensión holística como una forma de superar las contradicciones de la sociedad científico-industrial y del paradigma newtoniano-cartesiano.
Se trata de aprender una nueva manera de vivir, educando al hombre en forma integral para que pueda vivir en una cultura sostenible y con noción de la responsabilidad que le cabe en ese sentido.
Propiciar la conciencia holística será prioritario. A qué se apunta? Al desarrollo integral del individuo, el cual va más allá de la formación intelectual del mismo, para contemplar los otros aspectos más descuidados no obstante constituir los primordiales, como ser la cultura de la espiritualidad entendida como una conexión profunda consigo mismo y con los demás y que le obsequia la armonía de su interior con los misterios que lo rodean.
Las notas distintivas de la educación holística son lo integral, lo transdisciplinar, la interdependencia, la diversidad y la asociación.
Así, podemos señalar que la ciencia del nuevo paradigma afirma que todo está interconectado, todo se conecta con todo.
Es superadora de la fragmentación típica del paradigma estático-newtoniano que diera lugar en tiempos pasados a un saber desintegrado, disciplinas, horarios, sectorización.
La teoría de sistemas reemplaza a la teoría burocrática.
Lo holístico cunde por doquier.
MIR
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