viernes, 30 de mayo de 2008

El gran colisionador de hadrones

Foto: CERN

Pergeñado de aquí y de allá por Gerardo Marín.

La infinita curiosidad de la humanidad siempre nos ha llevado a buscar explicaciones, desde dioses iracundos a cuya merced la humanidad tiembla, hasta exquisitos modelos de la realidad física que bordean en la capacidad de entendimiento individual.

En la eterna búsqueda, la humanidad ha creado la máquina más grande y compleja jamás hecha hasta el día de hoy. Incluso su simple estructura opaca a cualquier otra, ya sea la Gran Pirámide, las Torres Petronas, la Estación Espacial Internacional o cualquier otra cosa creada antes por la humanidad. Nada se le compara y durante un futuro razonable nada se le comparará: Una estructura subterránea de 26,659 metros de circunferencia, yaciendo a 100 metros de profundidad en territorio suizo y francés: el Gran Colisionador de Hadrones (Large Hadron Collider o LHC por sus siglas en inglés). Un trabajo conjunto del
CERN (Centro Europeo para la Investigación Nuclear, por sus siglas en francés) y sus asociados.


No contentos con el tamaño y el costo de la estructura - 8 mil millones de dólares- ésta tiene algunas bellezas adicionales:

  • Es el lugar más frío al menos en el sistema solar, los imanes superconductores estarán a solamente 1.4 °K
  • Habrá más vacío dentro de él que en la superficie de la luna.
  • El sólo sistema de refrigeración de los electroimanes será 8 veces más grande que cualquier sistema de refrigeración construido.
  • El sistema de detección de colisiones será el más sensible que exista
  • Las partículas inyectadas (hadrones, o sea protones e iones) serán acelerados hasta un 99.9999991% de la velocidad de la luz.
  • Se generará más información que en cualquier sistema existente, a razón de 700 Megabytes por segundo, que en el ciclo de operación anual acumulará un total de 150,000,000 de gigabytes (sí, ciento cincuenta millones de gigabytes, o 15 Petabytes), que si se pasaran a DVD formarían una torre de 20 kilómetros de alto.


Pero ¿Qué hace el HLC?

El HLC tomará unas cuantas moléculas de hidrógeno o plomo, las despojará de sus electrones circundantes y las acelerará en una sucesión de campos magnéticos a velocidades cada vez mayores; en el pico de velocidad, cada haz hará 11,245 circuitos por segundo, viajando un total de diez mil millones de kilómetros; los dos haces giran en sentidos opuestos y cuando hayan alcanzado la velocidad requerida para el experimento, chocarán de frente.

Cada haz contiene unos cuantos miles de millones de hadrones, sólo dos nanogramos (0.000000002 g), que dispersos en un volúmen del tamaño del HLC sólo provocará unos cuantos choques entre ellos (los científicos se conforman con unos 30 choques), pero cada uno de esos choques tendrá una energía enorme, capaz de romper las partículas elementales y comprimirlas a un estado tal que asemejará al del universo muy joven: cuando éste tenía solamente 10-43 segundos de existencia y era tan denso que su temperatura era de 1030°C, 100,000 veces más caliente que el sol... cada haz (consideren que solamente tiene dos nanogramos) tendrá la energía total equivalente del tren de alta velocidad francés (TGV), viajando a 150 Km/h.

Aplauda suavemente. Parece ser poca energía ¿Verdad?

Ahora aplauda, pero sostenga una aguja en una mano. La energía del aplauso se concentrará en el área de la aguja. El daño que le causará será lo suficientemente significativo para no repetir tal experimento.

Ahora imagine la energía del TGV concentrada en el área de unos pocos hadrones. Impresionante: podrían fundir media tonelada de cobre con ello.

Los impactos ayudarán a conocer algunos de los misterios de la física actual, tales como la ausencia de antimateria natural o la presencia de materia oscura en el universo.


La Máquina del fin del mundo (¡JA!)

Manejar concentraciones de energía tan grandes desde luego que conlleva riesgos, desde luego hay radiación, altísimas temperaturas y energías equivalentes a las de un tren, entre los riesgos evidentes. Pero algunos de los riesgos más sutiles son derivados de la cercanía con el estado primigenio del universo:


  • Energías sin precedentes en la tierra. Pero que son comunes en el espacio: todos los días los rayos cósmicos provenientes del sol tienen energías similares y mayores.
  • "Mini Big Bangs". Claro, esa es la intención, pero recordemos que el verdadero big bang involucró ni más ni menos que la totalidad de la masa del universo y no unos nanogramos de materia.
  • Mini Agujeros Negros. Son una posibilidad, si el impacto de dos o más hadrones es tal que colapsen más allá de las fuerzas nucleares y electromagnéticas, podrían crearse microagujeros negros, pero:

  1. Al ser tan pequeños se destruyen solos debido a la Radiación de Hawking
  2. Lo más probable es que viajasen a una velocidad mayor a la velocidad de escape del sistema solar.
  3. Si pueden crearse en el LHC, entonces los rayos cósmicos ya los han creado en los últimos 4,500 millones de años (edad de nuestro planeta)... y no ha pasado nada.
  4. Mientras más pequeño es un agujero negro, menor es su influencia en el entorno; suponiendo que fuese creado, que no escapara del Sistema Solar y que se acomodara en el centro de la Tierra, su efecto de colapso tardaría más miles de millones de años que los que le tomará al Sol agotar su energía.
Pero no faltan los egos protagónicos, claro...


Si Homero Simpson lo hace ¿Por qué un físico no?

Hay que pensar como buen ciudadano de Springfield para realizar una demanda contra el
CERN porque existe un supuesto riesgo de crear micro-agujeros negros. Lo sorprendente de este caso es que:


  1. El demandante es un físico americano (Walter L. Wagner, que lleva a su lado al fiel Sancho... ) que debiese saber un poco más de física.
  2. Que demanda en Hawaii a una organización internacional, como si los tribunales federales de Hawaii tuviesen jurisdicción sobre Europa.
  3. Que ha aportado cero pruebas.
No es la primera vez que Wagner demanda contra la investigación científica. Ni el primero que lo hace, el oscurantismo lo mismo ha acallado a Copérnicos que prohibido la "investigación judía" que eliminado las "nociones imperialistas de la ciencia". Esperemos que el juez hawaiiano tenga el buen sentido de fallar contra Wagner. O tendremos que decir como Giordano Bruno: "Quizá ustedes, jueces, entregan esa sentencia con más miedo que con el que yo la recibo".
Algunos eventos más probables que el fin del mundo, al usar el LHC:
  • Que le caiga un rayo, estimado lector.
  • Que todo el aire de la habitación donde se encuentra leyendo esto se concentre tras el monitor de su computadora, asfixiándose.
  • Que una pandemia de influenza acabe con los científicos del CERN antes del experimento
  • Que algún idiota oprima el botón rojo por accidente, friéndonos en un holocausto nuclear.
En otras palabras: puede estar bastante tranquilo...
Así pues, en algún momento de este verano, el LHC entrará en operación, abriendo nuevas puertas al conocimiento y nuevamente asombrándonos de la belleza y complejidad del universo.
Algunas ligas ( todas en inglés):
Discusión en Slashdot
Cómic en xkcd
El New York Times, en un país donde el terror es la costumbre.



Charla con Débora Goldstern


CHARLA CON DEBORA GOLDSTERN
Argentina, porteña, de profesión bibliotecaria
Investigadora de las culturas antiguas, la fenomenología ovni y enigmas históricos
Mujer de carácter, dinámica, alegre y espiritual.
Todo menos previsible
Les presento a Ana Débora Goldstern, mi amiga acuariana



M: ¿Cómo te viene tratando el nuevo milenio, máxime teniendo en cuenta que sos notablemente acuariana en casi todas tus manifestaciones?

DG: Este es un Milenio que fue muy deseado, se esperaba mucho, pero cuando al fin llegó en lo particular fue decepcionante. Siento mucho pesimismo por el mañana. Estamos en un momento de grandes cambios, y decisiones. Un tiempo raro, y donde por momentos no me siento del todo cómoda. Hay como un gran vacío, falta algo para llenar la página. Estoy esperando ser sorprendida, no tanto por la tecnología, que tenemos de sobra, sino por el factor espiritual y de sueños, ambos en franco retroceso. Y es que soy hija del 67’, no me resigno.

M: ¿Cómo es investigar en la Argentina, siendo mujer?
DG: Creo que supone un gran desafío. Siempre hay que llenar los pulmones de aire, y elevar la voz lo más posible para poder contrarrestar el dominio masculino, jejeje. Más allá de la ironía, es un ejercicio diario, pero que de a poco tiene su recompensa. Trabajo fuerte desde hace casi 10 años y de a poco me fui haciendo un lugarcito con lo mío. Supongo que en Argentina represento cierta rareza en cuanto las investigaciones que emprendo, no son comunes. En definitiva aún siendo campo de hombres, me siento bien tratada.


M: ¿Dónde, cómo y cuándo te nacen las ganas de dedicarte a la investigación?DG: Lo mío viene de la infancia. Soy una gran preguntona, nunca estaba conforme. Si leía algo que me interesaba, buscaba ir más allá. Para investigar hay que apasionarse y obsesionarse un poquito, aunque esto último suene mal. Como especie nos atraen los desafíos, lo fácil aburre, y es en base a los obstáculos, que el ser humano trasciende y finalmente evoluciona. Sin la pasión por lo imposible, hoy no sería investigadora. Recuerdo que mi primera locura, por así decirlo, fue la Atlántida. Tenía once años cuando leí el clásico de Charles Berlitz, fue mi perdición, y el inicio de un camino que desde hace 30 años gobierna mi destino.

M: Tiro temas: Tierra Hueca

DG: Una civilización en el interior de la Tierra, alumbrada por un bello sol rojo. Vaya teoría, y no es de extrañar que tenga tantos cultores. Los humanos sentimos muchas soledad y siempre levantamos quejas por nuestra triste situación como raza. La hipótesis de la Tierra Hueca ocupa un sitial en el imaginario social. Es difícil no idealizar una utopía tan atrayente, teniendo en cuenta los obstáculos de la superficie. Pero la posibilidad de su real existencia se ve opacada cuando el ojo del investigador, descubre que hace 100 años que no se revisa y actualiza la bibliografía publicada sobre el tema. Siempre se citan los mismos autores y no surgen conceptos nuevos. Por otro lado nadie que sepa, fue a la Tierra Hueca y volvió para contarlo, presentando pruebas o documentación. Nunca cierro una puerta, pero hasta ahora mi ceja está levantada en cuanto a la Tierra Hueca. No así en cuanto a la existencia de un verdadero mundo subterráneo, surcado por inmensos túneles, que cruzan continentes, esto si es una verdadera revelación así como un gran enigma. ¿Quién los construyó? ¿A que raza podemos atribuir tal proeza? Esa es mi búsqueda desde hace cuatro años.

M: Piedras de Ica
DG: Muchos de mis colegas descartan el asunto de los gliptolitos iqueños, y es entendible, porque no es un asunto fácil. Los arqueólogos en especial, le tienen pavor, porque contradice cada una de las enseñanzas establecidas. Es uno de los temas malditos, y tal vez, el más cuestionado desde su irrupción allá en los 60’, cuando surgieron estas extrañas piedras con sus enigmáticos grabados al desbordarse el río Ica. Llevo diez años de estudio; tuve oportunidad de conocer el Museo, y escuchar la historia de su creación de los labios del propio Cabrera, esto ocurrió en 1998. Fue una experiencia enriquecedora. Actualmente estoy en contacto con Félix Arenas, que hace poco sacó un libro, y es uno de los primeros investigadores españoles que se involucra de nuevo con las piedras, teniendo en cuenta la fuerte controversia generada en ese país en cuanto a los grabados y su significado. Pienso que no vale juzgar la colección si nunca antes se tuvo un gliptolito en frente. Hay un antes y un después. Las piedras hablan.


M: Panorama Ovni

DG: Es interesante observar que el fenómeno ovni, a pesar de sus altas y bajas desde su aparición oficial en 1947, continúa muy activo. La tesis se refuerza más, si observamos que la cantidad de avistamientos aumenta día a día; algunos ufólogos creen que estamos en presencia de una verdadera oleada. Por otro lado, la liberación de información por algunos gobiernos, sugiere que el interés sobre el fenómeno, más allá de las desmentidas, representa una preocupación constante, aunque manteniendo las reservas del caso. Claro que si los Estados Unidos no muestran la predisposición de sus vecinos, en cuanto a romper el secretismo sobre el tema, muy poco se podrá avanzar y lleva a pensar que en realidad los ovnis son un asunto muy serio, y que tardará algún tiempo en salir del clóset. Hay que tener en cuenta que son los militares, y no los civiles, quiénes manejan los datos sobre ovnis. Pienso, y esta es una opinión absolutamente personal, que el incremento de los avistamientos en los últimos tiempos no es casual. Se avecinan grandes sorpresas. Quizás los mayas no estaban tan errados.


M: El Tercer Reich

DG: Hablar del Tercer Reich es abrir un poco la Caja de Pandora. Aún es materia de estudio, aunque para muchos historiadores sea un tema terminado. Es un problema de enfoque, o de perspectiva. Algunos no ven nada raro en el accionar del Tercer Reich, y explican las desviaciones de su comportamiento como algo normal dentro del contexto de la Segunda Guerra Mundial. Pero para otros, me incluyo, los enigmas son muchos, hay muchas lagunas. La vertiente esotérica, aunque también rechazada u omitida, es la clave para comprender lo ocurrido, como por ejemplo los terribles experimentos y asesinatos masivos en los campos de concentración que llevaron a la muerte a millares de personas. No todos procesamos de la misma manera.

M: Hablemos un poco de tus hobbies,…¿qué música preferís cuando estás redactando un artículo?
DG: Depende de la investigación o de la melancolía del momento. Últimamente me puede la psicodelia de los 60’, amo el clima de esa época.


M: con qué música te relajás y con cuál te energizás?


DG: Para relajarme me gustan los ritmos orientales, u africanos, música étnica. O el gótico. El far-west o soundtrack de algunas películas, son motivo de reflexión. En cambio para levantar el espíritu, el viejo pop de los 80, y la new wave, además del infaltable techno.


M: Cuál es tu escritor preferido?
DG: Admiro a un escritor norteamericano, Jack London. El llamado de la selva es el mejor libro que haya leído alguna vez. London, es el único autor que tiene la capacidad de transportarme a ciertos momentos de mi vida, y eso ya de por sí es notable. En una narración que compuse, El último Druida, lo homenajeo secretamente. Es una gran inspiración.

M: Es cierto que en un tiempo fuiste extra de cine?
DG: Si es cierto, pocos saben de mis incursiones en los ámbitos cinematográficos, jjeje. Soy una gran consumidora de películas, y en un tiempo escribí reseñas y críticas. Como extra trabajé en dos films y una propaganda. Me gusta ver la trastienda, el proceso creativo. Sin embargo, lo mío es la investigación, los focos reflectores envejecen jejj.


M: El hecho de ser una mujer hermosa te ha ayudado, te ha obstaculizado o ha sido indiferente en tu carrera?

DG: Confieso que tengo una cara rara. Y da resultados, jejejejje En los castings siempre me llamaban por eso. jejej

M: En el mundillo de lo paranormal, a quiénes admiras y por qué?
DG: Me inicié con Bergier y Pawles, los famosos autores del Retorno de los Brujos. Hay muchísimos más, pero sería injusto nombrar solo algunos.

M: Tenés algún referente?
DG: Muchos, pero creo que lo mejor está por venir.


M: Tu pareja te apoya en todo momento?
DG: Dany es un santo. Hay que aguantarse nueve años a una novia que últimamente investiga vestigios subterráneos. Es un sacerdocio, jejejej El es mi cable a tierra. Además de trabajar en sistemas informáticos, es músico, creo que esto último nos une mucho. Cuando lo conocí tenía una banda, y eso me encantó. Amo las personas creativas con la musa rondando.

M: Contate alguna anécdota

DG: Una que recuerdo con mucho cariño pasó hace unos cuantos años. Como ya mencioné, Jack London es una de mis grandes pasiones. En una época decidí conseguir todo sus escritos, quería hacerme con toda su colección de trabajos. Había un libro de London que era como la figurita difícil, y no podía encontrar, el caso es que en una nota vi que un periodista argentino lo señalaba como fuente. Tomé valor y le escribí a este señor preguntándole donde consiguió el material, pensé que jamás me iba a responder. No solo me contestó, sino que se comunicó personalmente a mi casa para citarme a la redacción del diario donde él estaba. El periódico era Página 12, uno de los mejores de la Argentina, y el periodista Rodrigo Fresán, un grande de verdad. Cuando fui me regaló el libro. Ese gesto de despojo me marcó para siempre y me enseñó mucho.

M: Qué es lo que te causa mayor placer, el durante o el después (del acto creativo, of course)
DG: Imaginarme la cara de los lectores, porque para ellos escribo. Qué pensarán cuando tengan mi trabajo en sus manos. No hay mejor placer.

M: Gracias mi acuariana amiga!.

Teoría: 16 razones para ser religioso



Nueva teoría sugiere que las personas se sienten atraídas por la religión debido a 16 razones

Traducido por Mirta del inglés, versión original:
http://researchnews.osu.edu/archive/religdes.htm

COLUMBUS, Ohio - Las personas no son atraídas por la religión sólo a raíz de un miedo a la muerte o cualquier otra razón, de acuerdo con una nueva y amplia la teoría psicológica de la religión. En realidad hay 16 necesidades psicológicas básicas que motivan a las personas a buscar sentido a través de la religión, dice Steven Reiss, autor de la nueva teoría y profesor de psicología y psiquiatría en la Universidad Estatal de Ohio. “Gracias a que esta teoría puede probarse científicamente, estaremos capacitados para aprender de sus debilidades y fortalezas y mejorar poco a poco", dijo Reiss. "Eventualmente, podremos comprender mejor la base psicológica de la religión."
Estas necesidades humanas básicas - que incluyen el honor, el idealismo, la curiosidad y la aceptación - pueden explicar por qué algunas personas se sienten atraídas hacia la religión, por qué las imágenes de Dios psicológicamente expresan cualidades opuestas, y la relación entre personalidad y experiencias religiosas.
Anteriormente ciertos psicólogos intentaron explicar la religión en términos de una o dos necesidades psicológicas solamente. La razón más común que citaron es que la gente abraza la religión por miedo a la muerte, tal como se expresa en el refrán "no hay ateos en foxholes", dijo Reiss. "Pero la religión es multifacética- no puede reducirse a sólo uno o dos deseos."
Reiss describió su nueva teoría - que dijo puede ser la más completa teoría psicológica de la religión desde el trabajo de Freud hace más de un siglo - en el número de junio de Zygon, una revista dedicada a cuestiones de la ciencia y la religión. "No creo que haya habido una teoría general de la religión que sea científicamente comprobables", dijo.
La teoría se basa en su teoría general de la motivación humana, que él llama la teoría de la sensibilidad, la cual se explica en su libro (2000) ¿Quién soy yo? Los 16 deseos básicos que motivan nuestra acción y definen nuestras personalidades (Tarcher Putnam).
Reiss dijo que cada uno de los 16 deseos básicos esbozados en el libro influyen psicológicamente en la necesidad de un comportamiento religioso. Los deseos son poder, independencia, curiosidad, aceptación, orden, ahorro, honor, idealismo, contacto social, familia, estado, la venganza, romance alimentación, ejercicio físico, y tranquilidad. De hecho, Reiss ya ha hecho alguna investigación inicial que sugiere que el deseo de independencia es una clave psicológica que separa a los religiosos de los no religiosos.
En un estudio publicado en 2000, Reiss encontró que las personas religiosas (el estudio incluyó mayoría de cristianos) expresaron un fuerte deseo de interdependencia con los demás. Los que no eran religiosos, sin embargo, mostraron una fuerte necesidad de ser autosuficientes e independientes.
El estudio también demostró que las personas religiosas valoran más el honor que las no religiosas, Reiss dijo que esto sugiere que mucha gente abraza la religión para demostrar su lealtad a sus padres y antepasados.
En el documento Zygon, Reiss señala que cada persona religiosa equilibra sus 16 necesidades humanas básicas para adaptarlas a su propia personalidad. "Ellos abrazan aquellos aspectos de las imágenes religiosas que expresan sus necesidades psicológicas más fuertes y sus valores personales más profundosUn ejemplo de ello es la curiosidad, dijo Reiss.
Los intelectuales religiosos, son altamente curiosos, valoran que Dios se pueda conocer a través de la razón, mientras que los poco intelectuales, que poseen escasa curiosidad, pueden valorar un Dios que sólo se puede saber a través de la revelación.
"Las personas que tienen una fuerte necesidad de orden disfrutan de experiencias religiosas ritualizadas, mientras que aquéllos con una débil necesidad de orden pueden preferir una expresión de la fe más espontánea “
"La profecía que los débiles heredarán la tierra debiera convocar en especial a las personas con una débil necesidad de status, mientras que la enseñanza que todo el mundo es igual ante Dios debería hacer un llamamiento especial a las personas con gran necesidad de idealismo".
Si la religión y la personalidad están relacionadas, la religión debe proporcionar una serie lo suficientemente variada de imágenes y símbolos como para convocar a los diferentes tipos de personalidades de la población humana, dice Reiss. La imaginería religiosa potencialmente da cabida a todo el mundo, porque en muchos casos, las imágenes y símbolos son psicológicamente opuestos.
La manera en cómo valoramos y equilibramos las 16 necesidades psicológicas es lo que nos convierte en un individuo, y para cada individuo hay imágenes religiosas convocantes", dijo. "Los valores que guían a una personalidad con una gran necesidad de venganza son expresados por un Dios de ira, o un Dios guerrero, mientras que los valores que guían a una personalidad con una débil necesidad de reivindicación se expresan mediante un Dios del perdón."
"Los valores que guían a una personalidad con una fuerte necesidad de socializar se expresan mediante la fraternidad religiosa y los festivales, mientras que los valores que guían a una personalidad con una débil necesidad de socializar se expresan mediante el ascetismo religioso." La necesidad de aceptación hace significativas las imágenes de Dios como salvador, mientras que su opuesto inspira el concepto de pecado original, de acuerdo con Reiss.
La necesidad de comer motiva a algunas personas a valorar la abstinencia y a otras s valorar el sustento.
"Debido a que esta teoría puede ser probada científicamente, podemos aprender de sus puntos fuertes y débiles, y mejorar poco a poco", dijo Reiss. "Eventualmente, podremos comprender mejor la base psicológica de la religión." Reiss destacó que la teoría se refiere a la psicología de las experiencias religiosas y no se involucra o no tiene implicancias respecto a la validez o invalidez de las creencias religiosas.
# Contacto: Steven Reiss, (614) 292-2390; Reiss.7 @ osu.edu Escrito por Jeff Grabmeier, (614) 292-8457; Grabmeier.1 @ osu.edu

Ciencia y religión desde los ojos de un Catedrático de Física Aplicada por la Universidad de Alcalá


Continuando con el análisis de la espiritualidad en el Siglo XXI, me parece oportuno y conveniente acudir a un científico para intentar ver a través de sus ojos este gran tema de la religiosidad del hombre


Existe una verdad mágica y una verdad de la ciencia?

La religión se explica por cartabones diferentes a la ciencia?

Qué piensa un estudioso de las religiones como Huston Smith?

El Catedrático de Física Aplicada por la Universidad de Alcalá, Antonio Ruiz De Elvira nos habla de dos libros que ha leído:
On Science, de B.K.Ridley y Why Religion Matters, de Huston Smith
En ambos se quiere hacer distinción entre ciencia y otra cosa que ellos dos denominan “espíritu”. En el libro de Ridley se distingue entre la verdad de la ciencia y la verdad mágica. ¿Qué es la “verdad mágica”? Supone Ridley que son las fuerzas humanas no materiales de este mundo: El poder de la personalidad, el carisma, el ritual, la atmósfera que rodea a una persona, etc., que es, según él, lo que es el arte.
En su último capítulo, Huston Smith señala que muchos científicos no aceptan la religión porque carecen de una “sensibilidad” que les falta y que tienen las personas religiosas.

Trata a continuación de describirla. Dice que tiene 4 partes:
1. Sugiere que la esencia definitoria de la humanidad son las preguntas que hacen los seres humanos: ¿Cuál es el significado de la existencia? ¿Por qué hay dolor y muerte? ¿Por qué vale la pena vivir? ¿De que consiste la realidad y cual es su objeto?
2. Añade que el sentido religioso es el “darse cuenta” de la distancia entre las preguntas y sus respuestas.
3. Añade que el sentido religioso es aceptar la convicción de que las preguntas tienen respuesta.
4. Y finalmente, que la búsqueda de la respuesta se realiza en congregaciones de seres humanos.
Estos 4 puntos definen también la ciencia, a salvo de un quinto punto que Huston Smith no menciona: Que la ciencia tiene paciencia, y no quiere la respuesta -YA-, que la ciencia sabe que la respuesta se va construyendo paso a paso, poco a poco, que nos vamos acercando a ella década a década, siglo a siglo. La religión exige la respuesta -YA-, dentro de la vida de cada persona, y además exige una respuesta completa, final, cerrada e inamovible.
Describe Huston Smith una experiencia “religiosa” que tuvo una noche de acampada en el desierto de California. Se despertó a las 2 de la madrugada al pensar que había recibido una “llamada” de la noche. Anduvo bajo las estrellas durante un rato, sin una sensación en su cerebro. Sugiere que ese es el sentido religioso.
Yo, lamentablemente, no entiendo nada de lo que dice. Sugiere que el sentido religioso es hacerse las preguntas anteriores, darse cuenta de la distancia que hay entre preguntas y respuestas, la convicción de que existen las repuestas, y que la búsqueda de las mismas se hace en el seno de grupos de personas, ¿Qué tiene pues que ver ese sentido religioso con el andar sin un pensamiento en la cabeza, de manera solitaria en una noche en el desierto? El que la actividad de recuerdo de memorias no coincida con la actividad motora ni con la de la visión invalida los tres primeros puntos, y al andar solitario invalida el último.
El grave problema del conflicto real entre religión y ciencia, del cual no se da cuenta Huston Smith, no estriba en ninguno de esos 4 puntos de arriba. Esos puntos definen la ciencia. El problema es el quinto punto que Smith no menciona: Que la respuesta no se puede obtener ni en una vida ni en miles de vidas. La ciencia es la búsqueda constante, el avance sin cese hacia esas respuestas, pero la ciencia reconoce que las respuestas se van obteniendo trocito a trocito, sin prisa pero sin pausa. El científico reconoce siempre que no ha llegado al final. La suya es una actitud humilde, de continuo aprendizaje. La religión, por otro lado, es la arrogancia suprema de decir que ha encontrado la respuesta, y que la respuesta es “ésta”, que es cierta y que es distinta de cualquier otra respuesta de cualquier otro grupo humano.
Es la inmensa arrogancia de Moisés, de los profetas, de John Smith, de tantos otros: “Os anuncio que he encontrado la verdad, total, final, completa e inamovible”
No hay “respuesta” final, cerrada, completa, pero si hay avance constante hacia ella. Y este avance es la ciencia. Para aceptar lo primero basta con estudiar, o más sencillamente, leer, la historia de las religiones: Su pretensión de verdad final, completa y cerrada, su exclusión de cualquier otro conocimiento. Los judíos mantienen -su- “verdad” y rechazan la de los cristianos y la del islam y estos últimos rechazan cada uno la de los otros dos, y dentro de los cristianos los católicos rechazan la “verdad” de los protestantes y cada denominación de éstos la “verdad” de las otras denominaciones, y los confucianos rechazan el judaísmo, y los sintoístas el budismo y el budismo el resto, etc., etc.
Ridley habla de verdad mágica. Pero ¿por qué “mágica”? Habla del poder del color, de la forma, de los símbolos. Al hablar de esto, nos da la clave de qué es la verdad mágica. Color, forma, símbolos son síntesis de conocimientos, agrupaciones de memorias que surgen todas juntas cuando las vemos. Tenemos miedo: El miedo es una reacción de preparación de los músculos y la inteligencia para escapar de un peligro. El miedo se forma desde la infancia. Una bacteria se encoge si se la pincha, lo mismo que una ameba, o que nos encogemos nosotros: Es la reacción natural a un ataque. Si el ataque se produce siempre rodeado del mismo color, de la misma forma, del mismo sonido, la visión de esa forma, de ese color, la audición de ese sonido despierta la misma reacción que el peligro real en si mismo.
Yo tengo miedo de los saltamontes. Mi reacción es muscular: Cuando ando por el campo y empiezan a saltar, mis músculos se contraen como para dar un salto yo también y escapar. La razón es sencilla. Cuando tenía unos 4 años, tenía un libro de dibujos donde aparecía un saltamontes magnificado, cerca de un niño y mucho mayor que él. El saltamontes tenía los ojos con miles de cristalinos, las patas aserradas como serruchos de madera y una boca abierta con dientes. Es claro que aquella imagen se debió combinar con que me debí caer y hacer daño, y el daño y la imagen quedaron asociadas en mi cerebro como un conjunto único de memorias.
De la misma manera el placer. ¿Hay para un bebé placer mayor que chupar la leche del pezón de la madre? El color de la madre, de su vestido, de la habitación donde mama, el sonido de la música que oye, el olor que le rodea, todo ello genera que esas impresiones se memoricen como grupo, de manera que una de ellas hace que el resto salgan a la parte activa del proceso cerebral.
El “poder mágico” de un color, de un olor, de un símbolo, es claro y evidente, y lo menos misterioso del mundo.
De la misma manera, ¿Qué es la literatura? ¿Cual es su encanto? ¿Cuando empezó la literatura? La primera obra literaria es la Ilíada de Homero (aunque algunos mantienen que son partes de la Biblia, pero es difícil entender el Génesis como literatura). ¿Cual es el encanto de la Ilíada? La Ilíada empieza así:
“Canta, oh Diosa, la cólera del Pelida Aquiles,cólera funesta que tantos males causó entre los aqueos.............”
Describe una realidad humana: Una persona, Aquiles, ha estado haciendo un esfuerzo notable en las batallas que otra persona, Agamenón, ha organizado para su propio beneficio. Aquiles quiere una muchacha que ha robado, pero Agamenón, basándose en el acuerdo de los del propio grupo a que pertenece Aquiles, la exige y la consigue.
¿Por qué es literatura? ¿Qué hace la literatura? Las palabras, recitadas en aquella época, leídas hoy, sacan a la parte activa del cerebro de quien escucha o lee grupos de memorias que producen la revivencia de ciertas experiencias en cada persona de las que escuchan o leen. ¿Quien no ha trabajado más que otros, en un cierto grupo de personas, para encontrarse después con que el premio se lo lleva otro? ¿Cómo no horrorizarnos de que las muchachas puedan ser metidas en harenes al capturarlas por la fuerza?
Literatura es ir reviviendo en la mente grupos complejos de memorias agradables, desagradables, casi vívidos, o que se esperan vivir, es vivir vidas imaginarias dentro del cerebro por medio de creación de grupos nuevos de memorias combinados a partir de memorias individuales o grupos ya existentes. La buena literatura es la que consigue esto con facilidad, la mala la que no lo consigue o lo hace con un esfuerzo agotador.
La música es distinta en mucha medida de las artes de la forma y el color, y de las artes de la palabra. El sistema nervioso humano funciona a base de envíos periódicos de corrientes eléctricas iónicas, a través de los canales polarizables que son los nervios. El placer es la sensación del sistema nervioso de que todo está controlado, de que el sistema funciona como debe: Nos sentimos en la gloria cuando todas las partes del cuerpo funcionan bien y de acuerdo unas con otras. El dolor es un sistema de aviso de que algo no marcha bien. Sentimos dolor al empujar con fuerza un alfiler aguzado sobre la piel, cuando este la rompe o está a punto de romperla. Ese mismo alfiler, manejado con sumo cuidado genera placer: Es la señal al sistema de control de que esas terminaciones nerviosas están funcionando correctamente. El orgasmo se obtiene directamente mediante estímulos repetidos que hacen funcionar las corrientes eléctricas de las partes correspondientes del cuerpo humano, o se puede obtener de manera simulada por estímulo eléctrico no de las terminaciones nerviosas, sino de los centros cerebrales de control.
Pues bien, es claro y evidente que el sistema nervioso funciona de manera periódica y que hay estímulos periódicos que se sienten como placer. Estos estímulos, generados en el sistema auditivo, son la música.
Si reconsideramos todo lo anterior, veremos que las “verdades mágicas” de Ridley desaparecen y se convierten en “verdades”, simplemente.
No hay más que realidades. Hay realidades cuya asimilación neuronal es muy rápida, y otras que cuestan siglos. La ciencia es el esfuerzo cumulativo y paciente para hacer a las neuronas cerebrales asimilar esas realidades que se convierten en verdades. La religión es el intento, un tanto burdo, de conseguir esa asimilación de forma instantánea, mediante un golpe mental. Es claro que esto es imposible. El universo, aquí cerca, dentro de nosotros, y allá lejos, en galaxias que casi no llegamos a detectar, es muchísimo más complejo que lo que puede permitir un golpe mental, una “revelación”. La religión es, por su forma de establecimiento como verdad revelada, mágica, persuasiva, muy pobre.
No hay más que una realidad, enorme, con inmensidad de caras, de aspectos, de sensaciones, de imágenes. La ciencia la va, poco a poco, capturando. La religión, la “verdad” mágica, la “verdad” revelada, la “verdad” persuasiva, no son más que intentos impacientes de capturar, de una vez, una realidad a la que la ciencia va accediendo poco a poco, sin prisa pero sin pausa, con humildad pero con una confianza inquebrantable. La ciencia nos da seguridad en el proceso, las “verdades” mágicas, reveladas, persuasivas, solo nos pueden producir rechazo, porque dejan casi todo el universo fuera de su explicación.

jueves, 29 de mayo de 2008

Genealogía de la Melancolía




Introducción
En la sombra, lejos de la luz del día,
La melancolía suspira sobre la cama triste,
El dolor a su lado, y la migraña en su cabeza.
Pope





¿Han estado alguna vez melancólicos?
¿Sabían ustedes que es un estado mórbido con grandes connotaciones románticas?
La desacralización de la vida colectiva e individual que lleva a cabo la modernidad, secularizándolo y reduciéndolo todo al imperio de la Diosa Razón, produjo en el hombre una sensación de alienación, ya que enajenó la apoyatura moral que le daba el dogma religioso, donde las principales cuestiones se resolvían por el sistema de creencias sobrenaturales.
La verdad científica reemplaza a la verdad religiosa y el hombre sigue sintiéndose insignificante porque para él tiene el mismo sabor ser sometido a una verdad de origen divino que a una ley científica, con la única diferencia que en esto último no tiene el auxilio de la fé
El rayo cae a sus pies y le da igual si lo envía Dios o si lo explican razones meteorológicas.
Le han quitado la trascendencia.
Lo han dejado solo, desnudo, desprotegido.
El esplín, el tedio vital, aparece con toda su virulencia y no tardará en ocupar su lugar en casi todas las disciplinas positivistas. Pero es en las artes, especialmente en la Literatura donde se lo halla con frecuencia bajo el dominio de la Ilustración.



MIR



Cada suicidio es un sublime poema de melancolía.
La Piel de Zapa. Honorato de Balzac

El esplín




El esplín, taedio vitae, fue una actitud de vida propia del romanticismo. La revolución romántica introdujo muchos cambios en el sentido de la vida que el racionalismo propio de la ilustración se había negado a ver, o bien, había tratado de ocultar. Como parte del punto de vista pesimista de la condición humana, el romanticismo desveló las necrofilias y las patologías de la vida humana y una de ellas fue el llamado esplín. El término proviene del inglés (spleen) y a su vez éste lo tomó del griego (también spleen) y se refería, inicialmente, al bazo.
El esplín era la melancolía, sentimiento y estado anímico atribuido a una causa moral, más que física del vivir; los hombres de la Edad Media lo llamaban acedia, los




No hay melancolía sin memoria ni memoria sin melancolía.
Marcel Proust



románticos franceses ennui de vivre. Desde la antigüedad este estado de ánimo fue conocido. Los griegos lo llamaban "bilis negra" (melankolia: melas=negro, kholê=bilis) y se suponía que dicha bilis era producida por el bazo, de ahí que en inglés el nombre dado a este estado surja por asociación del órgano que lo produce. Si en español, y otras muchas lenguas, (incluido el mismo inglés) el término melancolía ya formaba parte del lenguaje común, el romanticismo incorporó el término esplín para referir este mismo estado de ánimo. Quizá decidieron disociar el término esplín del de melancolía porque entonces éste significaba una enfermedad mental y el esplín era otra cosa: una especie de "tocamiento divino", donde la vulgar locura era demasiado poca cosa.
Con el paso de los años, por causas diferentes, ambos términos han caído en desuso. Esplín es una palabra propia de época, que al pasar las modas literarias se olvidó, mientras que melancolía fue sustituida por el actual término depresión. En nuestros días vendría a ser, cuando mucho, el síntoma, más que la cosa en sí. De cualquier forma nos parece conveniente mostrar la siguiente descripción de melancolía que los médicos, en la época de Darío, daban a ese término. Como se podrá ver, entre lo que describen aquellos médicos y lo que decían los poetas respecto de su esplín no hay diferencia, más bien, se complementan armónicamente. No por esto queremos reducir un tópico literario a una patología, es simplemente un modo de alcanzar un sentido último, que por contexto cultural y epocal, se nos escapa. Veamos pues al esplín como un acto de vida en que los poetas querían presentar, entre otras cosas, lo inaprensible para la razón. En esos tiempos, como se pude evidenciar en el texto citado arriba, no tenía "traducción" a lo racional todo aquello que se relacionaba con el esplín; otro tanto hicieron los modernistas con temas que siguen siendo inasibles para nuestra razón: la vida después de la vida, el mundo de ultratumba, lo sobrenatural, el panteísmo, etc.
Concluyendo, podemos decir que el esplín, aunque tomado como préstamo (acaso como evolución) de los románticos, tomó carta de naturalización en el modernismo vía los poetas malditos.

La melancolía en la literatura

Bajé de mi cuarto, atravesé lleno de temores el patio de casa y entré donde mi madre. Hacía tiempo que la infeliz se había apercibido de mi inquietud, de mis insomnios y de mi constante melancolía; de un momento a otro esperaba, como yo mismo, una violenta decadencia en mi salud...Cuando en mis horas de melancolía y en el aislamiento de mi cuarto pensaba en todo esto, me dejaba caer sobre una silla, y cubriéndome el rostro con las manos se escapaba de mi corazón este grito de resignación y de dolor que sale siempre de mis labios en las horas amargas de mi vida...En este instante el hombre y el niño suspiran de melancolía, y la mirada se vuelve involuntariamente hacia las praderas de esmeralda que esmaltan la derecha del panorama...La familia de sus amigas ha venido a pasar en Chorrillos el verano. La hija de Julia acaba de salir de una enfermedad y le ha sido preciso traerla a convalecer: ella misma, a quien una perpetua melancolía atormenta en el claustro, ha aprovechado sin duda la ocasión de dejarlo algunos días y venir a respirar el aire del campo... Julia o escenas de la vida en Lima. Cisneros, Luis Benjamín

Estás molido, moralmente agotado, te entregas a la melancolía, y, a pesar de todo, enciérrate en tu despacho y escribe! ¿Y a esto se llama vida? ¿Por qué no ha descrito nadie la disonancia dolorosa que se produce en el alma de un escritor que está triste y debe hacer reír a la gente o que está alegre y debe verter lágrimas de encargo? Yo debo ser festivo, matarlas callando, e ingenioso, pero imagínese que me entrego a la melancolía o, una suposición, ¡que estoy enfermo, que ha muerto mi niño, que mi mujer está de parto!... Dice todo esto agitando los brazos y moviendo los ojos desesperadamente... Luego entra en el dormitorio y despierta a su mujer. Chist!.Anton Chéjov

Sin esa evocación resultarían demasiado sombrías las tintas del boceto y el lector se vería compelido a cerrar el volumen, herida en lo más íntimo el alma de incurable y negra melancolía. El Aleph. Borges

El hombre tardó un rato en hablar. Exhalaba melancolía, como yo ahora. El Libro de Arena. Borges


¿Quién de nosotros olvidaría las melancolías en que solía caer, en medio de las fiestas que, hacia el final de su vida, buscaba con más y más avidez? En tales momentos, cuando la diversión se expandía hasta desbordar, súbitamente, sin causa aparente, sus ojos perdían el brillo y se hundían, su frente y sus manos contraídas y su cara tornadiza, con espasmos de pena mental, denotaban una lucha a muerte con algún peligro desconocido. Las Muertes Concéntricas. Borges



Breves

Definición de melancólico:" el que ve el mundo como es"
Distinguiremos esta sensación de vacío existencial de la melancolía: el melancólico no se hastía sino que se debate en su propia depresión, que aprisiona su existencia en su totalidad; se siente incapaz de reaccionar ante el abismo y está saturado de pesadumbre y abandono. El melancólico está situado en un presente inmediato donde actualiza distorsionadamente su pasado: las situaciones vividas se ensombrecen y deforman, rige la culpa, la mortificación, la tristeza.
La melancolía presenta dos características: patológica y mística. […].La melancolía quijotesca y por tanto cervantina, es verdaderamente mística. Su síntoma místico se prueba por su inmensa capacidad creadora; al contrario, la patológica anula la creatividad en todos sus términos. La melancolía mística halla su nutrición en dos extremos: la inutilidad en gran medida a que se ve reducida toda empresa, por divina que sea, y esa sed del alma por alcanzar la consumación final en orden a su unión divina. La melancolía que Cervantes atribuye a Don Quijote comprende a los estados mencionados.
F. Rielo

Hombre de tez oscura que con la mano izquierda sostiene un libro abierto, viéndosele enfrascado en su estudio. Lleva la boca ceñida por una venda, y sostiene en la diestra una bolsa cerrada. Sobre su cabeza se verá el Pájaro Solitario. La venda que le cubre la boca simboliza el silencio que suele dominar a los melancólicos, siendo éstos fríos y secos por naturaleza. Pues al igual que la calidez produce locuacidad, al contrario el silencio viene provocado por la frigidez. El libro abierto y la atención centrada en el estudio muestran como los melancólicos son muy dados a estudiar, haciendo muchos progresos en dicha actividad, mientras rehuyen el trato con sus semejantes. De ahí que diga Horacio en la última Epístola de su lib. II: Scriptorum chorus omnis amat nemus Et fugit Urbes.
Cesare Ripa

Reflexiones sobre el lenguaje que solemos emplear


¿A que denominamos conocimiento? A una cierta manera de tener y de ver por sí mismo.
Todo ser dotado de una relativa inteligencia aspira a tener y a ver por sí mismo. Las percepciones le dan un punto de apoyo que él va a utilizar, como mejor le convenga, para soportar el andamiaje de sus propias concepciones.
El conocimiento depende de tres factores esenciales.

Tiempo Espacio Evolución
No conoce de la misma manera el hombre anclado en la estructura mental del tiempo primitivo, del ambiente ingenuo como el individuo de los tiempos clásicos y modernos.
El espacio en los tiempos ingenuos se concreta en un ambiente de imágenes casi tangibles, de
formas al alcance de la mano. El espacio del tiempo preclásico, el hábitat, empieza a cargarse de símbolos, de formas concretas. En los tiempos ingenuos el hombre vio la forma y su grado de evolución le indicó como servirse de ella. Formó símbolos confusos de todo aquello que no lograba racionalizar. Alegorizó a los cuatro elementos – tierra, fuego, aire, agua – que le sirvieron únicamente para la subsistencia corporal y los puso en relación con las fuerzas sutiles de la Naturaleza a las que dotó de posición antropomórfica. La intuición, en aquel entonces, traicionó al discernimiento. No obstante la evolución había logrado una curva en su espiral ascendente que proporcionaba alimento sustancial a la par que material.
En los tiempos modernos se desvelan los mitos, se libera a la fuerza y se la obliga a servir al hombre. El átomo era la última expresión de la materia. Se le embotelló y se le arrojó al fondo del mar. Allá durmió como genio maligno, durante veinticinco siglos. Dos milenios y medio son un segundo en el devenir cósmico. Hoy la evolución capacitó al hombre para arrancarle al átomo su secreto. De puro símbolo en las leyendas de las Mil y Una Noches, y en general de toda la época primitiva, pasó a ser la fórmula más aterradoramente concreta. ¿Cuáles son los cimientos de la ingente proeza? Tiempo, espacio y evolución. Esta trinidad ha llevado al hombre moderno al reconocimiento perfecto de que las más elevadas leyes de la Naturaleza asumen la categoría de una representación cuantitativa. Esto es, que el universo considerado como un todo, es una geometría realizada en cuanto a su
estática y una aritmética viviente en cuanto a su desarrollo evolutivo.
Pero, ¿podemos llegar al conocimiento real de la Realidad?. Qué es en sí la Metafísica?. Es la doctrina fundamental de la Realidad. Al tratar de buscar una solución a este problema básico, se suscita una multiplicidad de concepciones que, hasta el presente, se acoplan y se debaten entre sí en forma violenta. En verdad son concepciones de la mente humana en determinado momento de su evolución, de acuerdo con la capacidad del pensador para ver y tener por sí mismo. En un instante preciso el hombre ve y siente el fenómeno y quiere sumergirse en lo profundo de la causa que lo generó. Al principio, con la filosofía clásica que trataba de tiempos y espacios absolutos, todo encajaba más o menos bien, pero al parecer la concepción einsteniana que sostiene que tiempo y espacio son relativos, hay que cambiar necesariamente el concepto preestablecido y tratar de fundir lo reciente en crisoles que si bien se alimentan de un viejo fuego, aquilatan metales nuevos. Como dijera
Max Planck : “Las grandes ideas científicas no acostumbran a conquistar el mundo por adhesión de sus adversarios, los cuales acaban por convencerse de su verdad y finalmente las adoptan. Es muy raro que un Saulo se convierta en San Pablo. Lo que ocurre es que los enemigos de las nuevas ideas desaparecen o mueren y las generaciones se forman en el ambiente de las nuevas verdades. Quien posee la juventud es dueño del porvenir”.
En un principio el conocimiento es un “saber” que en el hombre natural se manifiesta por un sentido de conservación. El primitivo “supo cómo nutrir” su cuerpo. El preclásico experimentó la necesidad de estimular una curiosidad ya de otro orden. Forjó leyendas y vivió mitos como respuesta al eterno interrogante: ¿ de dónde vengo, a dónde voy?.
Fue necesario que transcurrieran milenios para que surgiera en el escenario del pensamiento el divino Platón, que es el primero en unir el sentido místico a la intuición científica. Otro concepto que necesitó de varias centurias de siglos, y ahora apenas se perfila con la teoría inacabada del Campo Unificado, fue la unidad de todas las fuerzas. A cada una de ellas se le creyó una unidad separada y que actuaba en su propio rango con fuerzas inferiores subordinadas a su exclusivo servicio.
La credulidad retrasó y continúa retrasando al conocimiento. Creer no es conocer, no es entender, no es saber. Sencillamente es contentarse con aceptar las ilusiones que otros han creído y que a la larga han convertido en “sistema”. Si nos limitamos a creer solamente, el conocimiento se para, se detiene. Todos creemos en la Teoría de la Relatividad, ¿ pero de qué nos sirve si no logramos conocerla, saberla y aplicarla?
. Protágoras la había enunciado ya en el siglo de Pericles:
“El hombre es la medida de todas las cosas”
Por un momento la pequeña minoría griega aceptó la máxima y su corolario: “No hay, pues, nada absoluto, la verdad puede ser negada, todo derecho discutido, toda conclusión puesta en duda”. Pero esa minoría fue arrollada por la masa ignara y los sabios hubieron de refugiarse en la cicuta. La ilusión de los dioses asesinó a la esencia del saber.
El mito es el primer conocimiento que adquiere el hombre de sí mismo y del mundo que lo rodea y conforme a ese conocimiento establece sus relaciones armoniosas o perturbadoras. Para él el mito es un estado de conciencia convertido en realidad.
La conciencia mítica es de tal manera que abarca la totalidad. Su única categoría es la unidad concreta. Su ontología no admite disociaciones.
Los modernos desintegramos para conocer.
El primitivo, al contrario, acopla para identificarse con el todo. Aspira, sin saber por qué, a reintegrarse en el universo mediante un dinamismo común.
Qué es
un rito? Un mito puesto en acción. El rito apunta directamente al fondo del mito. Lo suscita, lo refina y lo reencarna cuantas veces lo desea. Tiene la virtud de mantener latente el mito. El héroe que le dio origen desapareció hace centenares de años pero el rito lo resucita y lo pone al alcance de la mano. El mito opera en un tiempo transpersonal que ejerce autoridad para toda extensión del tiempo temporal.
La masa, creyente del mito, toma por verdad la realidad de la cueva de Platón, y repite esa realidad hasta convertirla en estado de conciencia en su completa integridad. El discípulo de Platón sabe que la sombra, que es una realidad, no es una verdad. El vive en el mundo de la conciencia reflexiva.


Tomado de “ De la mentalidad primitiva a la conciencia del átomo”Clemencia Rath, Editorial Kier, 1971

Fractales; en esta imagen miles de millones de mundos ......

Traducido del francés por MIR



Fractales
En esta imagen, miles de millones de mundos...


El "fractal Mandelbrot" es un universo virtual en referencia a la definición de infinito.
Cada zoom sobre una parte de la imagen revela nuevos detalles, nuevas formas, nuevos mundos. Los fractales fueron inventados por el matemático Benoît Mandelbrot para describir la geometría de la naturaleza, como las formas complejas e irregulares de la geometría clásica. Una peculiaridad de los fractales tanto como de la naturaleza es la repetición de formas similares a diferentes escalas de observación. Por lo tanto, parte de una nube se parece a la nube como un todo y una roca recuerda las formas de la montaña. Una típica forma fractal es aquella de la coliflor o el brócoli, en la cual las partes son exactamente la imagen del todo. El fractal de Mandelbrot es la visualización de un objeto matemático. Es realmente una matriz de números, donde el valor de cada número es representado por un color. Cada punto de la imagen es un número calculado por el ordenador mediante una simple ecuación: Zn +1 = Zn2 + C
Lo más sorprendente es que, al igual que la naturaleza, esta ecuación produce formas complejas de gran belleza....





Benoît Mandelbrot, matemático de origen polaco nacido en 1924, inventor de la geometría fractal. Después de estudiar en la Ecole Polytechnique de París y el Instituto Tecnológico de California, se convirtió en un investigador en IBM, donde desarrolló el primer software para el cálculo de los fractales.
LA FIN PROGRAMMEE DE LA DEMOCRATIE
En este libro que se convirtió en una referencia, Benoît Mandelbrot expone en detalle las ecuaciones y la teoría de fractales y sus múltiples aplicaciones. Para evitar en caso de alergia a las matemáticas.

Original en francés: http://www.syti.net/Fractals.html

miércoles, 28 de mayo de 2008

El TAO de la Física



"Estaba sentado una noche al borde del océano una noche de verano, mirando desfilar las olas y sintiendo el ritmo de mi respiración, cuando tomé de repente conciencia de todo mi medio ambiente como estando implicado en una gigantesca danza cósmica.
Siendo físico, sabía que la arena, las rocas, el agua, el aire alrededor de mí estaba compuesto de moléculas vibrantes y de átomos, consistiendo en partículas que crean y destruyen otra por interacción. Yo sabía también que la atmósfera de la Tierra estaba continuamente bombardeada por las lluvias de rayos cósmicos, partículas de alta energía sometidas a múltiples colisiones cuando penetran el aire. Todo esto me era familiar por mi investigación en física sobre altas energías, pero hasta ahí, solo lo había experimentado a través de gráficos, de diagramas, y de teorías matemáticas. Mientras quedaba en la playa, mis experimentos teóricos pasados se volvieron vivientes. Vi cascadas de energía bajar del espacio en cuyo seno las partículas estaban creadas y destruidas según las pulsaciones rítmicas. Vi los átomos de los elementos y los de mi cuerpo participar en esta danza cósmica de la energía. Sentía los ritmos y entendía los sonidos, y a ese momento preciso, supe que era la danza de Shiva, el señor de la danza adorada por los hindúes."
Fritjof Capra , prefacio de "Tao de la Física "

En su libro “La sabiduría de los sabios”, Fritjof Capra incluye diálogos con personalidades de varias áreas o disciplinas (física, biología, ecología, psicología, economía, sociología, política ) dibujando admirablemente la visión global de la espiritualidad para el siglo XXI
Veamos algo de Stanislao Grof, allí citado por Capra
.

"La conciencia universal es frecuentemente comparada al océano : una masa fluida, indiferenciada, y la primera fase de la creación correspondería a la formación de olas.Una ola puede ser considerada como una entidad individual, sin embargo es evidente que la ola es el océano, y el océano es la ola. No hay separación ni distinción en ultima instancia.
La fase siguiente de la creación sería una ola rompiéndose sobre las rocas y evaporándose en el aire como gotas de agua, que existirán en tanto que entidades individuales durante un corto periodo, antes de ser nuevamente tragado por el océano. Así, tenemos aquí momentos fugitivos de existencia separada.
Pero imaginemos ahora el agua evaporándose formando una nube. Ahora, la unidad original se oscurece y se esconde detrás de una verdadera transformación, y es necesario tener algún que otro conocimiento de física para darse cuenta que esta nube es el océano, y el océano es la nube. Sin embargo, al final, el agua de la nube se va a reunir con aquella del océano bajo forma de lluvia.
La separación final, donde el vinculo con la fuente originaria aparece completamente olvidada, es muchas veces ilustrada por un copo de nieve que se ha cristalizado a partir del agua de la nube que, en su origen, se había evaporado del océano. Tenemos ahí una entidad muy estructurada, muy individual y separada que no implica, en apariencia, ninguna similitud con la fuente.
Ahora, tenemos realmente necesidad de un saber sofisticado para reconocer que el copo de nieve es el océano, y el océano el copo de nieve. Y para reunirse con el océano, el copo de nieve debe abandonar su estructura y su individualidad; debe someterse a la muerte de su ego, de alguna forma, para volver a su fuente."

Dimensión Holística





Veíamos ayer que la nota distintiva del siglo XXI será la búsqueda y la experimentación de una espiritualidad cuya impronta es la universalidad: esto introduce la dimensión holística como una forma de superar las contradicciones de la sociedad científico-industrial y del paradigma newtoniano-cartesiano.
Se trata de aprender una nueva manera de vivir, educando al hombre en forma integral para que pueda vivir en una cultura sostenible y con noción de la responsabilidad que le cabe en ese sentido.
Propiciar la conciencia holística será prioritario. A qué se apunta? Al desarrollo integral del individuo, el cual va más allá de la formación intelectual del mismo, para contemplar los otros aspectos más descuidados no obstante constituir los primordiales, como ser la cultura de la espiritualidad entendida como una conexión profunda consigo mismo y con los demás y que le obsequia la armonía de su interior con los misterios que lo rodean.
Las notas distintivas de la educación holística son lo integral, lo transdisciplinar, la interdependencia, la diversidad y la asociación.
Así, podemos señalar que la ciencia del nuevo paradigma afirma que todo está interconectado, todo se conecta con todo.
Es superadora de la fragmentación típica del paradigma estático-newtoniano que diera lugar en tiempos pasados a un saber desintegrado, disciplinas, horarios, sectorización.
La teoría de sistemas reemplaza a la teoría burocrática.
Lo holístico cunde por doquier.
MIR

martes, 27 de mayo de 2008

El hacedor de música, Rabindranah Tagore



No sería nada el grano de arena si no tuviese como fondo todo el mundo físico. Ese grano de arena es conocido en su contexto del universo, en el que conocemos todas las cosas merced al testimonio de nuestros sentidos. Al decir que el grano de arena es todo el mundo físico, sale fiador de la verdad que hay más allá de la apariencia de la arena.

¿Pero dónde está la garantía de verdad para esta personalidad mía que posee la facultad misteriosa de conocimiento, ante la que presenta el grano de arena su carta de identidad?


Debe reconocerse que este mi yo personal tiene también para su verdad un fondo de personalidad, en que el conocimiento, a diferencia del de las otras cosas, sólo puede ser inmediato Lo que yo entiendo por personalidad es un principio auto-consciente de transcendental unidad dentro del hombre que comprende los pormenores todos que son individualmente suyos en punto a conocer y sentir, tocante a deseo, voluntad y acción.


En su aspecto negativo, se halla limitado a la exclusividad individual, en tanto que en su aspecto positivo se extiende a lo infinito, en virtud de su incremento en saber, amor y actividad.Y por esta razón, el más humano de cuantos hechos nos conciernen es el de que soñemos con los límites no alcanzados, sueño que imprime carácter a lo que ya hemos conseguido.


De todos los seres es el hombre el que vive en un infinito futuro.


Nuestro presente es tan sólo una parte de ese futuro. Las ideas nonatas, los espíritus no encarnados, obseden nuestra imaginación con una insistencia que hace resulten más reales para nosotros que las cosas que nos rodean. La atmósfera del futuro debe circundar siempre nuestro presente, para que la vida se nos haga tolerable y prometedora de inmortalidad. Porque quien tiene en sí un saludable vigor de humanidad abriga una firme e instintiva fe de ser idealmente ilimitado. Tal es la razón de que nuestros grandes maestros nos exijan una manifestación que toque en lo infinito. En lo cual rinden tributo al Hombre Supremo.


Nuestro verdadero culto estriba en nuestro indómito valor de ser grandes y representar de ese modo a lo humano divino y mantener despejado siempre el camino de libertad hacia lo no alcanzado.


Nosotros los indos hemos tenido la triste experiencia en nuestra parte del mundo de cómo la pusilánime ortodoxia, con sus irracionales represiones y su acumulación de muertas centurias, empequeñece al hombre en una idolatría del pasado.


Rígidamente afincada en el centro de lo estancado e inerte, mantiene reciamente atado al humano espíritu a las vueltas de cangilón de noria de la costumbre hasta que la debilidad lo rinde cual lenta corriente agitada por algas en podredumbre, se divide en charcas cenagosas que esconden su silencio en una narcótica bruma de estupor.


Ese espíritu mecánico de la tradición es esencialmente materialístico, ciegamente piadoso, pero no espiritual.


Se halla obsedido por fantasmas irracionales que acosan a las mentalidades débiles bajo el disfraz espectral de la religión. Porque nuestra alma se encoge cuando les consentimos a los días ligeros tejer repetidos patrones de mallas absurdas en torno a todos los sectores de la vida. Se vuelve achaparrada cuando no tenemos ningún objeto de interés profundo, ninguna perspectiva de una vida más alta, que reclama claridad de mente y heroica atención para lograrla y madurarla. Resulta destrozada cuando hacemos fuegos artificiales con nuestras pasiones animales con el fin de gozar de sus sensaciones meteóricas, reduciendo sin cesar a cenizas cuanto pudiéramos haber reservado para una iluminación permanente.


Sucede esto no sólo a los individuos mediocres que se abrazan a cadenas que los hacen irresponsables o están siempre ansiosos de realidades atrayentes, sino también a generaciones de razas insípidas que han perdido en sí mismas toda importancia de sentido, por haberse olvidado de su porvenir.


El porvenir continuo es el dominio de nuestro milenio, que nos acompaña más verdaderamente de lo que vemos en nuestra historia fragmentaria del presente. Existe en nuestros ensueños. Reside en el reino de la fe que crea la perfección. Hemos visto los anales del ensueño milenario del hombre, la realidad ideal acariciada por razas olvidadas en su admiración, esperanza y amor, puesta de realce en la dignidad de su existir, en virtud de alguna majestad en el ideal y de alguna belleza en los actos.


En tanto esas razas pasan unas detrás de otras, van dejando tras de sí grandes cosas realizadas, las cuales reclaman justamente ser consideradas como soñadoras no tanto como conquistadoras de los reinos terrenales, sino como diseñadoras de paraísos.


El poeta nos da la mejor definición del hombre cuando dice:Somos los hacedores de música,somos los soñadores de sueños.


Nuestra religión nos presenta el ensueño de la unidad ideal, que es el hombre mismo, en cuanto manifiesta lo infinito. Padecemos del sentido del pecado, que es el sentido de la discordia cuando alguna pasión lacerante abre brechas en nuestra visión de lo Unico en el hombre, creando el aislamiento de nuestro yo, separado de la humanidad universal.


Los Upanishad dicen: Ma Gridah. (No ambiciones). Porque la ambición aparta la atención del valor infinito de nuestra personalidad, llevándola hacia la tentación de las cosas materiales. Nuestro poeta de aldea canta: "El hombre brillará fulgente ante tus ojos, si cierras las puertas al deseo".


Hemos visto cómo el hombre primitivo andaba atareado con sus necesidades físicas, restringiéndose de esta manera al presente, que es límite temporal del animal, y desoyendo los apremios de su conciencia para que buscase su emancipación en un mundo de supremo valor humano.


Por la misma causa parece la civilización moderna retroceder a esa mentalidad primitiva. Se han multiplicado tan furiosamente nuestras necesidades y con tal rapidez, que hemos perdido el ocio requerido para la profunda comprensión de nuestro yo y nuestra fe en el mismo. Lo que vale tanto como decir que hemos perdido nuestra religión, el anhelo por alcanzar lo divino en el hombre, al arquitecto de cielos, al compositor de música, al soñador de sueños.


Esto ha permitido hacer jirones nuestra fe en la perfección del ideal humano, en su integridad, cual significación más plena de la realidad. Sin duda alguna es maravilloso que la música contenga un hecho que ha sido analizado y medido y que comparte en común con el rebuzno de un asno o de una bocina de automóvil. Pero es aún más prodigioso que la música contenga una verdad que no puede analizarse en fracciones; y ésa es la diferencia entre ella y el impertinente rezongar de la bocina de un auto; diferencia que es infinita.


Los hombres de nuestro tiempo han analizado la mente humana, sus ensueños, sus aspiraciones espirituales -sorprendidas a menudo, inadvertidas en el turbio estado de locura, enfermedad y sueños frívolos- y para su satisfacción han encontrado que se componen de animalidades elementales enredadas en varios nudos.


Debe de ser éste un descubrimiento importante; pero más importante todavía resulta comprender el hecho de que, en virtud de algún milagro de creación, pueda trascender el hombre infinitamente las partes componentes de su propio carácter.Supongamos que algún explorador psicológico sospecha que el amor del hombre a su amada tiene por base, allá en el fondo, la avidez de carne humana de nuestro estómago primitivo; no será menester que nos metamos a contradecirlo, porque sea cual fuere la genealogía, la composición secreta, el carácter completo de nuestro amor, en su mezcla perfecta de asociaciones físicas, mentales y espirituales, es único en sus extremadas diferencias del canibalismo.


La verdad que late por debajo de la posibilidad de tal transmutación es la verdad de nuestra religión. La flor de loto tiene de común con una piltrafa de carne podrida los elementos de carbono y de su hidrógeno. En estado de disolución, no hay diferencia entre ambas cosas; pero en estado de creación, la diferencia es inmensa; y esa diferencia es lo que realmente importa. Dicen que algunos de nuestros más sagrados sentimientos llevan ocultos en el fondo instintos contrarios a lo que esos sentimientos fingen ser.


Tales revelaciones hacen en ciertas personas el efecto de aliviarlas de una tensión, exactamente igual que la relajación en la muerte del incesante esfuerzo de la vida.


Encontramos en la literatura modema que algo así como un cacareo de alegre desencanto se está volviendo contagioso, y que los caballeros andantes del culto del incendio se han echado por esos mundos prendiendo fuego a los altares de adoración, proclamando que las imágenes que sostienen, aunque sean hermosas, están hechas de barro. Dicen haberse comprobado que las apariencias de humano idealismo son falaces, y que lo real es el fango que ocultan. Desde ese punto de vista puede decirse que la creación entera es una gigantesca engañifa y que los billones de puntitos eléctricos en revolución que muestran la apariencia de "esto" o "aquello" deben ser condenados como testigos falsos.


Pero ¿a quién pretenden engañar? Si quienes tal afirman son seres como nosotros, que poseen algún criterio innato de lo real, entonces esas mismas apariencias en su integridad deben de parecerles también a ellos la realidad y no sus componentes átomos eléctricos. La rosa debe de resultarles más grata como objeto que sus gases constituyentes, a los cuales puede ponérseles en tortura para que declaren contra la evidente identidad de la rosa. La rosa, exactamente igual que el humano sentimiento de la bondad o el ideal de la belleza, pertenece al reino de la creación, en el que todos los elementos rebeldes se reconcilian en una armonía perfecta. Porque esos elementos, en su simplicidad, se prestan a nuestro escrutinio; nosotros, en nuestro orgullo, nos inclinamos a asignarles los mejores papeles como actores en ese drama misterioso: la rosa. Semejante análisis no significa otra cosa que un premio concedido a nuestra sagacidad detectivesca.Vuelvo a repetir que los sentimientos e ideales que el hombre, en su proceso de autocreación, ha elaborado, deberían ser reconocidos en su integridad.


En todas nuestras facultades o pasiones no hay nada que sea absolutamente bueno o malo; todo viene a constituir la gran personalidad humana. Son esas pasiones o facultades otras tantas notas que desentonan cuando no se las coloca en su lugar debido; nuestra educación consiste precisamente en hacer de ellas otras tantas cuerdas que vibren en armonía con la gran música del Hombre.


El animal que hay en el salvaje se ha transformado en etapas ascendentes en el hombre civilizado; en otras palabras, ha alcanzado una consonancia más verdadera con el Hombre divino, no merced a eliminación alguna de los primitivos materiales, sino mediante su agrupación mágica, en virtud de la.severa disciplina del arte, disciplina de encoger y ensanchar en los lugares oportunos, estableciendo un equilibrio de luces y sombras en el primero y el último término, e infundiendo así un valor único a nuestra personalidad en su integridad toda.


En tanto tenemos fe en ese valor, nuestra energía resulta sólidamente sostenida en su actividad creadora que revela al Hombre eterno. A esa fe contribuyen por todas partes la literatura, las artes, leyendas, símbolos y ceremonias, así como el recuerdo de las almas heroicas que la han personificado en sí mismas.


Nuestra religión es el principio íntimo que comprende esos actos y expresiones y ensueños, mediante los cuales nos aproximamos a aquel a cuya imagen somos hechos. Mantener viva nuestra fe en la realidad de la ideal perfección es el cometido de la civilización, que está principalmente formada de sentimientos y de las imágenes que ese ideal representan.


En otras palabras, la civilización es una obra de arte creada para la realización objetiva de nuestra visión de lo espiritualmente perfecto. Es el producto del arte de la religión. Detenemos su marcha victoriosa cuando aceptamos el culto del realismo y olvidamos que el realismo es la peor forma de lo insincero, por contener un mínimum de verdad. Es como decir que sólo en un depósito de cadáveres podemos comprender la realidad del cuerpo humano; del cuerpo que brinda su revelación perfecta cuando lo anima la vida.
Todos los grandes hechos humanos están circundados de una atmósfera inmensa de expectación. Jamás son completos si apartamos de ellos lo que pudiera ser, lo que debería ser, lo que aún no se ha probado profundamente, pero se siente ya, y lo que a lo inmortal apunta. Y lo inmortal reside en un perpetuo remanente en el individuo que rebasa todos los hechos falaces que lo rodean.
El realismo en el hombre es el animal que lleva dentro y cuya vida es una mera duración temporal. Lo humano en él es su realidad que se alza sobre un fondo de sempiterna vida. Las rocas y cristales, siendo completos en lo que son, pueden mantenerse en su condición de "cosas mudas irracionales" con una suerte de tácita dignidad en su realismo estólidamente limitado; pero los hechos humanos degeneran, enferman, se convierten en gérmenes de muerte cuando se les despoja de su ideal creador, del ideal del Hombre divino.


La diferencia entre las notas como simples hechos de sonido y la música como verdad de expresión es inmensa. Porque la música, aunque comprende un número limitado de notas, representa, no obstante, lo infinito. Al hombre toca componer música del espíritu con cuantas notas tiene en su psicología y que por descuido o perversidad pueden degenerar fácilmente en un ruido espantoso. En la música y no en el ruido se revela el hombre.