martes, 18 de junio de 2013

Rubio agreste este sol





Rubio agreste este sol.
Tengo enferma de fiebre la carne
y mis pensamientos
hacen acto de presencia tan sólo.
Me dejaria caer,
pala en mano,
para revisar el horizonte,
pero sentiría 
a través de la piel
la sed de la tierra.
Es verdad que fueron mucho
la abulia y la falta de alguien.
Otro tanto un cuarto de tarea menos
Lo cierto es que aquí estoy
y que en cuanto acabo
el regreso me lleva hasta él
que es como decir
rancho, sopa, dos brazos fuertes.
Me dejaría caer,
son cual lenguas de fuego
que me lamen entera.

No sabía de palas yo antes
Ese dia, su primera sonrisa,
fue por la flor silvestre
que ofició de anillo.
A veces quisiera el anular florido
para verlo sonreir de nuevo.
Al fin y al cabo,
quizá la felicidad sea esto:
anhelar la puesta
para volver a ver
en qué forma sus manos morenas
desmigajan el pan.

No sirvió de nada
extender primero el trapo,
palpita debajo,
seca, brasa, aguardando,
pero viva.
Después de todo
ya casi termino
y no es cosa de tontos
ponerse a pensar,
cada tanto,
con el rostro enfrentado al cielo.


Mir Rodríguez Corderí

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