sábado, 17 de julio de 2010

Ecos Jovianos

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Ecos Jovianos
Mir. Rodríguez Corderí



Se sintió debilitada de pronto, las rodillas comenzaron a doblarse, era evidente que el oxígeno escaseaba.
“Tanto ozono y para qué” exclamó
 Revisó el medidor y pudo comprobar que no se equivocaba. Empujó la tecla roja y el nivel comenzó a subir hasta equilibrarse en Full. 
“Menos mal”, pensó, mientras volvía a sentirse rozagante y fuerte como un unicornio enamorado.  Siempre le habían gustado los unicornios.  Pero ahora ya no era tan niña sino que se había convertido en una de las mejores biólogas, su  magna cum laude lo atestiguaba fehacientemente.
Dio dos pasos  adelante – si a eso se le podía llamar pasos- en realidad, dos zancadas despatarradas de más de medio metro y fue literalmente sentada en el suelo de Ganímedes
¡ Qué vista impresionante…qué paisaje increíble!
Montañas, valles, cráteres y ríos de lava.
Hielo y silicatos por doquier, con agua congelada en la superficie.
Repitió como un loro para sí las lecciones recibidas:  numerosos cráteres de impacto que mayormente muestran sistemas radiales brillantes, aquéllos que no los presentan son quizás los más viejos…bandas claras alternando con bandas oscuras,,,deformación de la capa de hielo…..eso convierte a Ganímedes en un territorio moteado.
Motas. Las lágrimas pueden parecer motas en un continente liso y claro como una camisa o un vestido…los seres humanos lloran por motivos variados…vida o muerte…emoción o tristeza…amor o desamor…aceptación o renuncia
Allí estaba ella, en la más grande de las lunas de Júpiter y hasta donde se sabía la mayor de las pertenecientes a nuestro sistema solar, buscando encontrar la forma de hacer nacer vida vegetal en ese suelo tan precario o tan absurdamente desconocido para el hombre. 
Estaba sola, algo que siempre le había apasionado. 
Se acostó sobre el hielo   y contempló el firmamento lleno de puntitos brillantes…..wow!!!... todo silencio, soledad, negrura y brillos estelares…no podía pedir más.  Se sintió arrastrada hacia su adolescencia cuando descansaba  su espalda  en su terraza grande, sobre baldosas color terracota para hurgar el cielo estrellado, preguntándose por la inmensidad del universo y por la creación.

Una suave inducción sensorial - ¿motivada por qué?- la condujo a cerrar los ojos.
Sintió un ruido desconocido, como algo rasgando el hielo del suelo y pugnando por salir
A los cinco minutos, una caricia verde la rozaba  con cuidado, con ternura, con delicadeza suma….
¿Cómo sabía que era verde si tenía los ojos cerrados y  el traje  espacial que impedía que una sola de sus células epidérmicas  asomara al exterior?
Abrió los ojos.  Una enorme planta trepadora crecía y crecía a su costado derecho en forma exponencial, a milésimas de segundo.
Su mente negaba lo que veía.
Inmediatamente su mano buscó,  palpando,  la bolsa de semillas seleccionadas.
Se habían desparramado, a través de un pequeño agujero, en la tela supuestamente
irrompible.
Sonrió.  Murphy hubiera dicho “lo que no debe romperse, se romperá en el momento que menos lo esperas”.
“Hola” le dijo y la planta se inclinó, genuflexa, aunque ella supo interpretar el gesto sin tanto sentido peyorativo.
“¿Eres mi Creadora?” –preguntó la planta que, obviamente,  sabía hablar.
“Sí y no”, contestó ella, algo confundida.  “ Pero más bien digamos que sí”
En la fría inmensidad de una de las lunas de Júpiter, una bióloga recibida con honores, se quedó cuestionando el motor inmóvil de Aristóteles y sus sucedáneos.
Algo le cosquilleaba sobre el labio superior…….despertó de su largo sueño con la rara sensación que todo roce extraño nos provoca.  Era de día.   La planta había decuplicado su tamaño y cubría casi todo el espacio para ella visible  desde esa posición decúbito dorsal.
Volvió a preguntarse cómo podía sentirla a través de una vestimenta especial tan aislante como la que llevaba puesta.  Buscó inútilmente alguna rasgadura, algún pequeño resquicio, algo que justificara que la planta pudiera siquiera tocarla como lo hacía
Pero nada pudo descubrir.
“Otro misterio y van…..”, pensó mientras se sorprendía constatando que todos sus lectores trabajaban  a full, sin ningún tipo de desperfecto ni disfunción.
“Buenos días, dormilona “, exclamó el ejemplar vegetal que no lograba identificar.
Debiera tratarse de un liquen, esa asociación de alga y hongo que soporta temperaturas tan frías.
Además es lo único que traía en su ´bolsa de niña explorador´  como le llamaba al envoltorio  herméticamente cerrado  que la NASA le había encargado en esta misión.
Pero la científica surgía de entre las pobres neuronas de la ciudadana respetuosa de las normas y proba laburante que ella era, amén de sus otros roles… por lo cual no podía dejar de plantearse serias dudas….eso no era un liquen, sin lugar a suspicacia alguna……..salvo que los líquenes en Ganímedes  se transformaran  en una trepadora gigante, al mejor estilo de una vicia faba, vulgarmente llamada haba, que alcanza una altura que supera apenas el metro y medio luciendo  tan recta y erguida como ésta compañera que la consideraba su Diosa.
No pudo dejar de pensar en el hecho que la planta hablaba.  Esa sola circunstancia tan extraordinaria hacía que todo lo demás perdiera consistencia, o, cuando menos, interés.
“¿Qué tengo hasta ahora?” – se preguntó la bióloga- “Un liquen que no es un liquen, una especie vegetal que tiene  la facultad del habla y del discernimiento, que a mayor abundamiento me considera su Creador…y que sigue creciendo cubriendo toda superficie que encuentra disponible”, pensó mientras miraba azorada hacia todos los costados que habían sido alfombrados por este sujeto viviente de color  verde.
Como era de suponer no halló respuesta satisfactoria alguna, no en su memoria, no entre los conocimientos científicos  acumulados en su córtex  parieto- temporal vaya uno a saber gracias a qué conexión sináptica.
Entró en un sueño profundo, viscoso como melaza, en el que fue cayendo en capas o por tramos, cada uno más tibio que el anterior
Se vio el primer día de trabajo en el Instituto de Biología Molecular, subiendo la escalinata de mármol blanco de la entrada…bajando las mismas escaleras con una felicidad que se le caía a cataratas cuando lograron hacer que germinaran porotos de soja en condiciones climáticas críticas y suelo congelado…besando al único hombre que había amado y con el que habría tenido hijos…viéndolo morir en el quirófano después del accidente…recuperó el dolor lacerante de renunciar a ser madre ese mismo día y para siempre…retornó vertiginosamente a su niñez, a los días de juegos con barbies y nintendos … se vio en brazos de su padre durante esos 40 días que tuvo el sueño invertido a los 3 meses de edad…volvió a mordisquear el pezón de su madre para saciar su hambre…
Se sentía tan bien, tan confortable, tan cálida, tan contenida.  “Me quedaría aquí para siempre” pensó.  “Quédate” exclamó la planta desde lejos.
La noticia dio vueltas a la Tierra por todos los medios conocidos.  Ese jueves nadie habló de otra cosa, las redes sociales eran verdaderos hervideros, todo el mundo quería opinar, los círculos académicos habían salido de su habitual letargo y daban conferencias a cada instante……..El Hubble lo atestiguaba, el Galileo había enviado imágenes impresionantes, la NASA enloquecía: Ganímedes, una de las lunas de Júpiter aparecía verde, de un verde clorofila inmensamente bello. Ganímedes tenía vida y la mostraba al universo con orgullo,
Se especulaban adelantos exitosos  de la última misión. 
Científicos alejados por diferencias insalvables volvían a juntarse para la ocasión, sonrientes para las fotos y excitados para el reportaje
Pocos días más tarde, un pequeño apartado de una revista electrónica  de la NASA mencionaba la presunta desaparición de la bióloga varias veces premiada que formó parte de la expedición a la luna de Júpiter. 
Nadie podía explicar la falta de noticias sobre su posible paradero.  Se habían rastreado las nuevas praderas y sembradíos de la otrora desierta y congelada Ganímedes con todos los medios tecnológicos a mano.  No se la había podido encontrar.
  La hipótesis más aceptada fue que posiblemente cediera el suelo debajo de la científica y la arrastrara hacia adentro, en las profundidades de los denominados  cráteres de impacto.
No dejaba familia detrás. 
No se supo de amigo alguno. 
Una decena de conocidos que habían investigado con ella balbucearon algunas palabras. 
No alcanzaban para un obituario. 
No lo hubo.







10 comentarios:

Unknown dijo...

GUuau que fuerte el cuento..
Muy bueno...¡¡
Excelente Mirta....excelente¡¡¡
Parece que adelantas el tiempo con ellos...
Besitos
Susy
Pd.
no te preocupes quien lee primero o no, la idea es leerlo .

Sideral dijo...

Hola Mir......esta genial tu blog
muchas bendiciones desde Venezuela!!

Gabriel Cebrián dijo...

Me hizo recordar los climas generados por el gran Stanislaw Lem. Mis más sinceras felicitaciones

Cienfiegos dijo...

Como pude comentar contigo, el relato para mi me llevó más allá de Asimov y me despertó una emoción de esperanza parecida a Bradbury en una mezcla ce "Crónicas Marcianas" y "Remedio para melancólicos"....Extraordinario estilo propio

Anónimo dijo...

Comentario de Carlos Luis Escudero:

Carlos Luis Escudero
1:13 (hace 21 minutos)


Excelente relato. Estilo y lenguaje acordes con el contenido. Es un
texto que debería ser publicado en papel para el goce de una mayor
cantidad de lectores.
En resumen, me encantó.
Muchas gracias por compartirlo.

Ángel Saiz Mora dijo...

Muy bueno, Mirta. Ya veo que dominas hasta la Ciencia Ficción.
Gracias como siempre por compartirlo.
Un abrazo

Dos Mentes, Idea y Media dijo...

Sí, querido, soy desde hace mucho tiempo la owner de Otras Inteligencias, un grupo yahoo dedicado a temas de ciencia ficción, ovnilogía, parapsicología, ciencia en general.
Y formé parte de la net de Ciencia Ficción española hasta que se cerró.
Un abrazo
MIR

Juan Carlos Garrido dijo...

Mir:
he leído tus cuentos y los encuentro muy interesantes.
No obstante, creo que tu eres una escritora de CF ,ás clásica, con una narración más objetiva (te centras en las cosas que ocurren) mientras que yo acostumbro a ser más subjetivo (me centro más en cómo afectan los sucesos a los personajes), lo cual no es mejor ni peor, sino parte del color que le da la gracia a este mundo.
Un abrazo y espero seguir leyéndote.
Juan Carlos.

Antonio Sanchez dijo...

Me parece fascinante y como dice uno de tus lectores tienes ese aire de Asimov, La fantasía tiene toda la posibilidad de realizarse en un futuro tecnológico avanzado. Como creas imágenes visuales con palabras es realmente bello, como dibujas los paisajes en mi mente, el sentir estar en ese lugar, en esa lejanía.

Dos Mentes, Idea y Media dijo...

Gracias por tu opinión, Antonio.
Es valiosísima para mí y tú lo sabes.
MIR