Desdoblarte en pequeños símbolos. Letras,
que le dicen.
Retenerte en un marco improvisado
lleno de fragancia.
Saberte como nadie para pintarte:
acuarelas que te fijen.
Detenerte en mi estancia, estas
cuatro paredes cementicias.
Puede que estén ciegos, que no te
vean aunque miren.
Puede, incluso, que no detecten en ti
mis caricias.
Vaya, no he perdido ni el ritmo ni la
elegancia:
Es por ti y para ti esta sustancia
que hará que deliren
Imaginando la fuente de mi
inspiración, las cien delicias
Que aportas a este cuento de miles de
noches y ansia.
Procedes de mi fascinación. A qué negarlo, si derriten
Tus miradas mi más íntima obsesión.
Las que propicias
Para que yo olvide el tiempo, el celo
y la distancia
Cuando fijas tus ojos en mis poemas y
ellos desviven
La esencia pura de mi alma, ésa que
codicias.
Sé que eres la causa de esta
compulsión. Su tolerancia.
Ser del amor la inagotable fuente de
abundancia
Que reconozca tu mente y que sólo en
tu vida admitas.
3 comentarios:
Muy pasional, Mirta, me gusta ese amor desbordado. Un abrazo.
Amoroso poema con una atmósfera que lleva de la mano, muy íntimo, dulce.
Gracias Alfredo, Gracias Máximo.
Amorosos comentarios de escritores como ustedes.
Honrada.
MIR
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