viernes, 4 de enero de 2019

AHORCÁNDOME. por Mir Rodríguez Corderí


Probablemente hubiera sido más sencillo si la soga pasara por la cintura y subiera luego por los costados del cuerpo hasta dar dos vueltas en el cuello.

Pero no se le ocurrió en ese momento.

La falacia llevó a que se bamboleara bastante hasta llegar a sentir algo de sofocación y la garganta comenzara a  percibir que el aire se iba yendo.

El dolor del esparto quemando casi la piel del cuello fue más fuerte que el agobio o el ahogo.

Hoy no era buen día para asfixiarse -pensó con angustia-

jueves, 3 de enero de 2019

ISMAEL. Por Mir Rodríguez Corderí

 
 
Ismael callaba.
Su voz se perdía.
Su letra no estaba.
Dicen que  mentía.
Ismael
¿Lo hacía por él?
¿o por la linda dama?
¡Qué incógnita rara
para ese tipo de hombre
que solo con su nombre
genera tal borrasca!.