Letras color verde
Mir Rodríguez
Corderí
Este saber que sabes.
Este temor vago, impreciso
cuando estás. Cuando con sólo dirigir la mirada te veo, cuando eres a la vez
desborde y cauce, expansión y límite.
Mi desborde, mi cauce.
Mi expansión, mi límite.
Este temor que me cercena
palabras, me quiebra pensamientos, me dispersa y me concentra, me sacude y me
aquieta, me empuja y me frena.
Llego y estás y entonces
ese sentimiento blando, irracional, gaseoso, comienza a penetrarlo todo con ese
noséqué de ondulación
Impredecible.
Se dilata, se contrae, se licúa en agua, se solidifica
en hielo y vuelve de pronto a ser gas, tan expansivo él, tan invasor.
Y ahora que no estás.
Que ocupo tu sillón y tu
escritorio.
Que el sol entra sin
permisos ni concesiones previas y me roza los pies. Pero no estás.
Ahora que asumo mi real
dimensión, mis cuatro fronteras- perplejidad de la razón cuando el bisturí
mental opera en frío, con anestesia, con cálculo y método y regla y….razón al
fin, cruda, desnuda, visión retrospectiva, análisis meditado, moderado.
Entonces, estás en lo cierto.
A veces, sólo a veces.
Quizás cuando la fuerza de
tu concretividad desaparece.
Cuando sólo la imagen en
el recuerdo.
Recién allí, la calma, la
mesura, la medida exacta de mi desmedida pasada.
Precisamente 4 horas y 13
minutos atrás.
Pero, de todas maneras y posiblemente
porque ahora todo está tan iluminado, porque hay tanta claridad que se hace necesario parpadear, cerrar los ojos
y sentir , sólo sentir, el calor del sol sobre los pies, debajo de tu
escritorio.
De todas maneras ¿Por qué?
Si con sólo 8 dígitos puede ser tu voz y volverían a chirriar los engranajes.
No sé cómo decirlo.
No deben haberse convenido
las palabras necesarias y carezco de lenguaje para esto.
Pero tú no necesitas mis
palabras, ni escritas ni verbalizadas
Tú me sabes
Y eso no es en absoluto
moderado
Quizás por esa sola razón,
por esa potestad omnímoda tuya que atraviesa mi epidermis, que me avizora, me prohíbe,
me permite, me explaya, me acota, me
modela aún sin quererlo, aún sin proponértelo
(los niveles de la
subconsciencia, de lo mítico, lo mágico, lo inexplicable, todos ellos tan
subterráneos y ocultos como poderosos e indomables. Tan infra voluntarios,
ingobernables, inmoderados).
Mañana cuando llegue y
estés, hagamos como que no escribí esto, que no lo leíste, que no había ninguna
hoja con letras color verde.
Hagamos como que no marqué
8 dígitos y entonces tu voz y los engranajes chirriando y que te dije que ibas a encontrar
un sobre en el cajón central de tu
escritorio y que esta vez sí, esta vez era lo que creías el pasado 6.
No porque se trate sólo de
un impulso.
Es mucho más que eso: es
necesidad. Pensada. Fríamente pensada, a pesar del sol que ya me cubre el
pecho, los brazos, las manos, la hoja, las letras color verde
3 comentarios:
Buenísimo
es un mensaje en clave subliminal,compuesto me encanto ,te felicito amiga.
La necesidad de escribir y de comunicarse, el sol que nos acaricia la piel y hace que nos sintamos vivos.
Enhorabuena, una vez más, por tus letras, Mir.
Un abrazo.
Mi encantador comentador, Angel, mi ángel particular. Te tomas tu tiempo y eso que soy consciente que es escaso.
Un abrazo enorme
Felices Fiestas querido.
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