¿Quién hubiera dicho que estaba a centímetros de mis lúnulas la ternura-ola-envolvente de tus yemas?.
¿ Y que habrías de cubrir
con tus hoyuelos y con el aletear de pájaros que devienen del sonido de tu risa
este gran vacío que dejó una espalda ausente?.
Este vacío.
Vacío de vaciedad.
Vacuo de vacuidad.
Donde hace pocos días
atrás resonaron las últimas palabras que recuerdo haberle dicho al que ya no
está:
- Amas con misericordia. Deseas con virulencia –
Mis últimas palabras
alegremente aceptadas antes de las posteriores que fueron tristemente
rechazadas.
Lamentable confusión que conduce inexorablemente a los adioses sin reversa. Inexplicables.
Lamentable confusión que conduce inexorablemente a los adioses sin reversa. Inexplicables.
Me fascina tu firmeza en
esta impronta.
Combates su sombra –aún vacilando
entre estas paredes ruinosas del espacio antes habitado- con una dulzura innata
que nunca dejas de tejer a tu alrededor.
Lo tuyo es tan puntual,
tan aquí y ahora, que me parece imposible no haberme percatado antes de esa
malla invisible con que me abrigas y proteges ni bien dices hola-cómo-estás.
Y sonríes. ¡Cómo sonríes! Mostrando
sin pudor todos esos dientes con un uso menor al de aquéllos que habían mordido
tanto y que ya escaseaban o dolían hasta la preocupación.
Lo pienso. ¿A qué mentirte?.
Pero tu obstinada presencia me facilita huecos y más huecos en la memoria, en los que desparramas tu virilidad pujante, tus ganas de amarme sin reservas que ahora desbordan la oquedad y se me muestran sin turbación alguna, sin recato. ¿Cómo no sentirte?.
Pero tu obstinada presencia me facilita huecos y más huecos en la memoria, en los que desparramas tu virilidad pujante, tus ganas de amarme sin reservas que ahora desbordan la oquedad y se me muestran sin turbación alguna, sin recato. ¿Cómo no sentirte?.
Emerges de esa soledad a
la que te condené sin saberlo, sin notarlo, de muy ocupada en habitar esa otra
humanidad que hasta me mantenía ciega de tanto pegarme sus imágenes en los ojos.
…vas y vienes pendularmente, como no animándote a aceptar que ahora sólo soy yo y mi propia sustancialidad.
…vas y vienes pendularmente, como no animándote a aceptar que ahora sólo soy yo y mi propia sustancialidad.
Quedas suspenso por un
momento, cobijando un gesto de duda bajo tu nariz, temblando casi en tus comisuras…y es cuando
sonríes con tanta plenitud que hasta a mí me sabe increíble no habernos
descubierto antes, aún con la presencia inconmovible del ahora ausente.
Me quedo mirándote
fijamente y siento que debo pedirte perdón por tanta dejadez de mi parte, por
tanta imbecilidad ubérrima.
Es que fueron muchos años, ¿sabes?.
Es que fueron muchos años, ¿sabes?.
Demasiado ritual de
adoración.
Demasiadas ceremonias de
luto y renacimiento.
Sé - desde esta fría
consciencia que me ha invadido hace dos días, cuando los ojos se te inundaron
sin querer, sin poder evitarlo - que
todo ha sido mi propia y exclusiva voluntad de amarrarme a ese muelle sin
destino y borrar de mi mente la palabra desamarre.
Es absolutamente
pecaminoso pensar que yo misma me inoculé el antídoto contra su indiferencia,
su promiscuidad y su cinismo.
Pero es más abominable aún
caer en la cuenta que me inmunicé ante sus fugas, sus clásicas y repetidas
huídas sin aviso.
¡Tantas centurias de
niebla y oscuridad para unos escasos días de sol y luz!.
Ya ves, no valía la pena. La realidad dictamina con crudeza, sin vacunas previas ni anestesias deliberadas.
Ya ves, no valía la pena. La realidad dictamina con crudeza, sin vacunas previas ni anestesias deliberadas.
Mientras tanto tú sonríes.
¡Y cómo!.
Habré de estrenar galas de suavidad inusual y entrenar mi piel para la tuya, tan joven, tan tersa, tan debutante.
Habré de estrenar galas de suavidad inusual y entrenar mi piel para la tuya, tan joven, tan tersa, tan debutante.
Debo borrar huellas que me
saben a inalterables.
Aunque más no sea
intentaré no verlas, que es lo mismo que hacerlas desaparecer.
Porque si con mi sola
voluntad edifiqué esa fortaleza, ¿quién puede negar que yo no pueda construir
una nueva si acaso destruir aquélla se convirtiera en una utopía?.
Tú no dejes de sonreír
Ya que presumo que ahí se
encuentra el milagro.
MIR
11 comentarios:
Un texto plagado de imágenes descriptivas de esa compleja interioridad que subyuga a la protagonista. Excelente narrativa, plena de sensibilidad y profundo contenido. Ha sido un placer leerte, amiga y siempre espero tus relatos. Un cordial abrazo desde Miami.
Jeniffer Moore
¡Exultante Mirta!
Hasta para los auto reproches cognitivos sabes usar el léxico adecuado, cuidado, reflexivo y ¡cómo no! ubérrimo en los calificativos y cualidades.
¡Enhorabuena por tu regreso a las letras! Sin tu prosa, los acentos aparecían huérfanos de madre.
Recibe un cariñoso ósculo.
José Luis Giménez
www.jlgimenez.es
Dear Mirta... Te diré en palabras muy simples... Me gustó.
Creo que lograste un buen soliloquio, el mejor que haya leído últimamente.
Saludos
Siempre, Mir, aprecio grandemente cualquier uso correcto que se haga en lengua escrita de nuestra amada lengua común, el español..es tan poco frecuente, es una gran cruzada a la que nos presentamos muy pocos cruzados.
Pero tú lo usas tan correcta y literariamente, qué placer desconocido.
Y cómo no prenderse de esa batalla interna que casi parece autobiográfica...lo es, ¿verdad?.
Quizá esconda esa batalla tan escorpiniana, con la hidra de las 9 cabezas..una de ella inmortal y como tal, inconsolable.
Sé que necesitas de la adulación y el ánimo, pero en tu caso esa es una vía de estímulo que sabrás utilizar adecuadamente.
Mis felicitaciones por este escrito tuyo; es el primero que leo de una lista que espero ver superarse.
Un abrazo.
Querida Mir, nada que agregar que los demás no hayan dicho con mayor propiedad de la que yo podría describir. Tu escrito es magnífico. Tienes que seguir escribiendo, es tu oficio y veo que allí encuentras el lagar donde tu alma y mente inquieta, encuentran el remanso de las horas y los días que todo escritor necesita para expresarse. ¡Felicitaciones!
Tú no dejes de sonreír. Seguro que ahí está el milagro, Mirta. Un abrazo.
Mirta:
Me ha gustado mucho tu relato. Sinceramente, muy bien escrito. Intenso, profundo y con mucho ritmo.
Enhorabuena...
"Amas con misericordia. Deseas con virulencia". Me quedo con esa frase. @Verbum_
Enhorabuena, Mir, con ese broche de oro en forma de sonrisa.
No dejes de regalarnos joyas como ésta.
Un abrazo
Un comentario digno de ti, Arturo.
Poco y bueno.
Mir
Angel, gracias por lo de broche de oro
Besotes.
Mir
Publicar un comentario