Audacia redentora
Serpenteemos el día, amigo,
las veinticuatro horas
que presiente la piel del sueño
Sentémonos en la cresta del gallo
antes de que corte el aire con su bostezo
y se descubra la intimidad
que clausuran las ventanas y las puertas
Observemos la ciudad
desde la cima del tiempo:
los pasos que se cruzan en la acera
son diferentes minimundos ambulantes
-cada cual su propia angustia,
su propio cielo-
En una palabra, amigo,
la Babel y su génesis
Nosotros, políglotas del alba y del desvelo
traduciremos esos signos caóticos
al lenguaje uniformado del silencio,
restauraremos el mito de la alegría
en las caras de la mañana
y sabotearemos con olas de tibieza
el frío que los abrigos intentan combatir
Definitivamente, amigo, me confieso
enemiga del idioma cercenado
Embárcate conmigo en esta audacia
de locos o de crédulos:
rescatar al mundo de su infierno,
enseñarle a sonreir en la tormenta,
regalarle una ilusión inexpugnable
Tenemos todo lo necesario.
En tus manos, la forma y el color: la belleza
En las mías, la palabra y el sentido: el poema
Ambos, unidos, seremos la redención del orbe: el sentimiento
MIR
1 comentario:
El hombre creo a Dios a su imagen y semejanza...
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