Lunes tempranísimo.
Todo porque el reloj
despertador vaticinó que abriera los ojos a las 7, sonando consecuentemente a
esa misma hora, como es dable esperar de la famosa puntualidad mecánica suiza.
Salto de la cama (bah,
es un decir, porque en realidad me arrastro perezosamente fuera de ella,
pidiendo permiso a cada articulación)
Y me pongo a pensar en
que las uñas no ayudan mucho en esta tarea.
Ejecuto el ritual
mañanero de siempre: me aseo, me peino, me perfumo y encamino mi aún
ralentizada naturaleza hacia la cafetera que ya tuve el acto reflejo de poner a
funcionar.
Café recién salido de
las entrañas del milagro, con un poco de leche, miel y tostadas con queso
descremado. Ahicito nomás un poco de
mermelada de frutos del bosque por si las moscas.
Las uñas. ¡Qué
monotema!
¿De dónde habrá salido
esta manía por esa palabra este lunes adormilado aún?
Un zarpazo no sería
tal sin uñas, esto es tan obvio que omitiré todo tipo de explicación. Pero,
profundizando un poco más, ¿pensaron que un zarpazo sin uñas sería una caricia?
Imprevista y fuerte pero caricia al fin.
Ningún felino podría
ser tal sin uñas. Aunque esto está muy ligado a zarpazo y eso ya lo acabo de
mentar, si bien la reflexión cabe de
cabo a rabo.
Una mano femenina con
uñas delicadamente limadas es algo bello de observar, causa un efecto calmoso.
_Aunque no existe parangón alguno con aquellas uñas cortas, sin previo arreglo,
pero pertenecientes a mamá o a abuela, por decir algo tierno y ponerme
melancólica de paso.
Uñas qué tema. Justo
hoy, un Lunes y a esta hora donde sólo el gallo atrasado canta.
El efecto placebo de
enredar tus uñas en el cabello de tu enamorado, haciendo todo tipo de
acrobacias. ¡Qué bello!
¿Pueden imaginarse la
picazón horrible y nunca invitado que a veces nos asalta en alguna parte del
cuerpo? ¿Qué sería de la calma del
escozor intempestivo si no tuviéramos otra mano con uñas para sacarnos
de esa tortura picosa?
Ya este tema se está
volviendo anacrónico y fuera de lugar.
Las uñas del Lunes,
debiera llamarse si estuviera escribiendo esto ahora mismo para publicarlo.
¿Pueden imaginarse
todo lo que podría hacer un lunes si tuviera uñas?
Pero eso es harina de
otro costal.
Y el trabajo me
espera, aunque carezca de uñas.
Mir Rodríguez Corderí
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