A golpes de insomnio
y tabaco rubio,
salivando la rabia por el sueño
que no termina de llegar,
te estoy viviendo con estas pocas ganas mías de vivirte
noche de junio.
Por los ojos abiertos como una boca al beso
te me vas metiendo
con esa cansina forma tuya
de invadir.
Tu borrosa presencia
parece abarcar más allá de lo abarcable,
parece hasta querer sobrepasar
la amarillenta plenitud
de mis sentidos
y acunarme en su silencio
de ciudad dormida.
Pero la empecinada resistencia
de mis desvelos
es un rival difícil
a tu soporífera caricia.
Y aquí me tenés,
bajo una lámpara encendida
como un pequeño sol desubicado,
asesinando palabras
con un bolígrafo por espada
1 comentario:
Un bolígrafo puede ser la mejor arma contra muchos males si se pone en las manos adecuadas.
Un abrazo, Mir
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